Por cierto que de las medallas antifranquistas que se colgaba Almodovar en el acto de apoyo a Garzon, uno se traga poco. In illo tempore andaba dedicado al 100 % a salir, chingar y colocarse y crear en sus ratos libres. Pocas cosas merecían mas olímpico desdén por parte de los modernos de la movida madrileña que los solemnes progres antifranquistas politizados con camisa cuadros y pana. Contra el compromiso político se reivindicaban el narcisismo, individualismo, hedonismo. Tocarles las narices a su simbología y estética de neorrurales serios e intelectuales era un verdadero deporte.

Así, los Gabinete Caligari abriendo su concierto "Somos Gabinete Caligari y somos fascistas" o los "Aviador Dro" "Nuclear. Sí " en plena moratoria sociata y firma de tratados de no-proliferación...





Por no hablar del bigotillo charlotín y flequillo del líder de "Glutamato ye-ye" con canciones como "todos los negritos tienen hambre y frío"