Las éticas suelen dividirse en formales y sustanciales, éticas de los medios y éticas de los fines, o éticas deontologicas y éticas teleologicas Según las primeras, nuestros actos son correctos en tanto cumplan reglas formales en la prosecución de nuestros fines como agentes (legislacion universal por ejemplo..) De acuerdo con las segundas depende de la consecución del fin adecuado ( sea bien, felicidad, utilidad).
Acabó uno descornándose con el tema, debido a que la oposición municipal, siguiendo una orientación deontológico-legalista y haciéndose eco del Prensa Pitiusa, ha solicitado la factura del servicio particular de Cespa al domicilio de Lourdes. Parece que busca así determinar la corrección formal, la regularidad del procedimiento de retirada de desperdicios….
Después de aconsejarnos con nuestro confesor (aristotélico-tomista: ética del bien y de los fines, del carácter, las virtudes y el Ser) discrepamos de la oposición municipal y de su quisquillosa querencia por las formalidades. Creemos que no es suficiente para establecer la bondad del acto de Lourdes el hecho de que estuviera o no incluido en los procedimientos formales de retirada de residuos. Muy despreocupadamente, la oposición conservadora hace abstracción del agente, (de lo que nos dice acerca del carácter de nuestra primera edil) y de las consecuencias del acto. Como dijo el Estagirita, uno se hace valiente realizando actos de valentía, uno se hace limpio practicando repetidos actos de limpieza… hasta que estos se convierten en hábito virtuoso consustancial. En un justo medio entre el trastorno obsesivo compulsivo de Howard Hughes y el complejo de Diógenes el cínico.
Por ello, ¿Es o no es un acto de limpieza adecentar los aposentos? ¿Contribuye o no a la formación del carácter virtuoso de nuestra primera edil? ¿Contribuye a hacerla mas aseada, mas pulcra , propiciando la adquisición de un hábito general de higiene? ¿Convierte además su vecindad en salubre, su propincuidad habitable. para los que lo rodean? . ¿Lo hace? Entonces sobran las cuestiones de procedimiento. Que esas son cosas de puritanos , kantianos, de anglosajones y de teutones. (Y en el fondo, segun nuestro director espiritual, de heréticos que no creen en la justificación por las obras.)
Y mejor signo de civismo es aun, no haber sobrecargado los servicios diarios regulares de limpieza con dos carretadas de inmundicias...Que la buena vecindad en la economía de los desperdicios es virtud cívica ya tenida en gran estima en el Siglo de Oro de Quevedo. Quien en su Premàtica de Aranceles Generales, exculpaba de injuria la reprobación pública de sus infractores.
Acabó uno descornándose con el tema, debido a que la oposición municipal, siguiendo una orientación deontológico-legalista y haciéndose eco del Prensa Pitiusa, ha solicitado la factura del servicio particular de Cespa al domicilio de Lourdes. Parece que busca así determinar la corrección formal, la regularidad del procedimiento de retirada de desperdicios….
Después de aconsejarnos con nuestro confesor (aristotélico-tomista: ética del bien y de los fines, del carácter, las virtudes y el Ser) discrepamos de la oposición municipal y de su quisquillosa querencia por las formalidades. Creemos que no es suficiente para establecer la bondad del acto de Lourdes el hecho de que estuviera o no incluido en los procedimientos formales de retirada de residuos. Muy despreocupadamente, la oposición conservadora hace abstracción del agente, (de lo que nos dice acerca del carácter de nuestra primera edil) y de las consecuencias del acto. Como dijo el Estagirita, uno se hace valiente realizando actos de valentía, uno se hace limpio practicando repetidos actos de limpieza… hasta que estos se convierten en hábito virtuoso consustancial. En un justo medio entre el trastorno obsesivo compulsivo de Howard Hughes y el complejo de Diógenes el cínico.
Por ello, ¿Es o no es un acto de limpieza adecentar los aposentos? ¿Contribuye o no a la formación del carácter virtuoso de nuestra primera edil? ¿Contribuye a hacerla mas aseada, mas pulcra , propiciando la adquisición de un hábito general de higiene? ¿Convierte además su vecindad en salubre, su propincuidad habitable. para los que lo rodean? . ¿Lo hace? Entonces sobran las cuestiones de procedimiento. Que esas son cosas de puritanos , kantianos, de anglosajones y de teutones. (Y en el fondo, segun nuestro director espiritual, de heréticos que no creen en la justificación por las obras.)
Y mejor signo de civismo es aun, no haber sobrecargado los servicios diarios regulares de limpieza con dos carretadas de inmundicias...Que la buena vecindad en la economía de los desperdicios es virtud cívica ya tenida en gran estima en el Siglo de Oro de Quevedo. Quien en su Premàtica de Aranceles Generales, exculpaba de injuria la reprobación pública de sus infractores.
37, Los que, pasando por alguna calle, de las ventanas o corredores les mandaren alguna bacinada, agua sucia u otra cosa , y movidos de esto llamaren putas, cornudos, o otros nombres ignominiosos a los della los absolvemos y damos por libres, por causas particulares que a ello nos mueven
1 comentari:
¡¡¡ Grande Calçes, grande !!!
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