Christiane Dahrendorf, recogiendo el Premio Principe de Asturias a su marido Ralph Dahrendorf. Poco eco ha tenido esa concesión: sobriedad, el analisis frío, weberiano; frente a la demagogia recalentada.(véase) El en convalecencia. Dylan a su puta bola, como siempre.

Así que ponemos un par de links,por sentido del deber:
Un perfil ideológico, y un título en clave wagneriana, afinado para complacer egos ... y endulzar la amarga medicina del contenido

"El ocaso de nuestros dioses políticos"

Y en las recomendaciones de los liberales zurdos de radical.es, unos articulos, traducidos al español en Project Syndicate