Si no hubiera cambiado el ethos no habría sido políticamente justificable cambiar el nomos. Si no hubieran cambiado las practicas, los acuerdos y consensos tácitos, la ley no escrita, no habria habido que cambiar las leyes positivas y los códigos.
Si las costumbres, usos, tradiciones propias de este país , y sancionadas por el tiempo, no se hubieran desvirtuado no habría habido que formular leyes nuevas para garantizar las mismas libertades.
(Hay algunas modificaciones inevitables, mas que necesarias, las mas claras aquellas suscitadas por la tecnología: la abducción y el uso teledirigido de IPs ajenas para defraudar, p.ej)
Pero, dentro de la praxis política, no habría que cambiar la ley escrita, el Código Penal, si las practicas sociales se hubieran mantenido dentro de las reglas de juego y cauces propias de una democracia occidental. Esto es, si no se hubieran producido importaciones de usos bien de la Cuba totalitaria, bien del lumpen arrabalero porteño; bien de las estabulaciones endogámicas del Prepirineo.
Si los vecinos hubieran reaccionado arrojando cubos de agua al primer escandaloso que se puso a tocar el tambor debajo del portal de un domicilio. (El trato secular a los borrachos que montan jarana..) no habría habido que legislar. Si se hubiera mantenido el trato debido a los gérmenes del gangsterismo aldeano, este no se habria sentido impune y no habria habido que legislar.... La dejadez de la sociedad a la hora de actuar para mantenerse en su ser, tiene su perfecta contrapartida en unos politicos pusilánimes que parecen compensar su falta de proyecto propio con una hiperregulación de torracollons.
(Y , en esta isla, el grado de adhesion social a sus usos seculares y costumbres se manifiesta por ejemplo, en la pachorra fumeta con que se ha aceptado la anexión del Derecho Foral...)
(Hay algunas modificaciones inevitables, mas que necesarias, las mas claras aquellas suscitadas por la tecnología: la abducción y el uso teledirigido de IPs ajenas para defraudar, p.ej)
Pero, dentro de la praxis política, no habría que cambiar la ley escrita, el Código Penal, si las practicas sociales se hubieran mantenido dentro de las reglas de juego y cauces propias de una democracia occidental. Esto es, si no se hubieran producido importaciones de usos bien de la Cuba totalitaria, bien del lumpen arrabalero porteño; bien de las estabulaciones endogámicas del Prepirineo.
Si los vecinos hubieran reaccionado arrojando cubos de agua al primer escandaloso que se puso a tocar el tambor debajo del portal de un domicilio. (El trato secular a los borrachos que montan jarana..) no habría habido que legislar. Si se hubiera mantenido el trato debido a los gérmenes del gangsterismo aldeano, este no se habria sentido impune y no habria habido que legislar.... La dejadez de la sociedad a la hora de actuar para mantenerse en su ser, tiene su perfecta contrapartida en unos politicos pusilánimes que parecen compensar su falta de proyecto propio con una hiperregulación de torracollons.
(Y , en esta isla, el grado de adhesion social a sus usos seculares y costumbres se manifiesta por ejemplo, en la pachorra fumeta con que se ha aceptado la anexión del Derecho Foral...)
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