Un conocido de este colectivo se juró no parar hasta saber redactar periodos gramaticales con la sonoridad de:

(...)poco puedo asombrarme de ese meapilismo naturista (con rancias y renegadas raíces hitlerianas) que acabaría despeñando a los entonces triunfantes Grünen en su boba reaccionariez de ahora. Fischer es el rostro explícito de aquella nadería. De excursionista dominguero a ministro militarista, su interés poético es tan alto como el de un boniato.